Muchas veces cuesta asociar el mensaje de nuestra organización con la gente de a pie. Si caminas por la costa madrileña, esa costa metafórica llena de suelos grises, puedes llegar a agobiarte. Incluso puede resultar preocupante, ya que no es fácil adentrarse en su ruido de olas armonizadas con una bocina constante de prisas y agobios. Sobretodo si te paras a preguntar al transeúnte acerca de problemas ambientales que azotan nuestros oceános y nuestras cosas, las que están lejos de aquí, las que casi a veces olvidamos que nos pertenecen.

Si te dedicas a esta tarea de empatía con aquel que pasea por allí, pueden pasar muchas cosas y puedes obtener reacciones variopintas. Tal es así que nuestros chicos y chicas de Diálogo Directo salen cada mañana, con el desayuno aún en la tripa, a sudar el chaleco con la pasión de un mensaje urgente que la mayoría de las veces a los ciudadanos se nos olvida.

De lo que nos hemos ido dando cuenta es que el apoyo entre los compañeros es el motor más fuerte para esta ardua tarea. Hemos descubierto que no hay nada mejor que la integración de una plantilla de gente con los mismos ideales para conseguir un objetivo, que al final, siempre es común. Así que nos pareció ideal invitar a compañeros de diferentes áreas de la organización a que salgan a primera línea a calzarse el chaleco juntos y a dar argumentos sólidos con tintes siempre positivos y alegres; y que desbanquen la desidia de un Madrid, que en pleno invierno, se antoja recio e indiferente.

Y así fue, las primeras valientes nos escribieron y pudimos contar con ellas. Pilar y Elvira, procedentes de nuestra campaña de oceános y costas. Hemos de decir que la quedada fue más que interesante. Un desayuno lleno de debates, ideas, idas y venidas de opiniones, clarificaciones de dudas, motivación y sobretodo sueños de cambio.

Con el cuerpo a punto entre cafelito y tostadas con tomate, ambas no tardaron en ponerse el chaleco. Una Pilar (@PilarMarcos) con algo de vergüenza que tardó poco en solucionar, y un XL para nuestra Elvira (@elvirajn) embarazada, valiente y osada en la gélida mañana de Madrid. Lo cierto es que ambas no tardaron en camuflarse con el resto del equipo. Podíamos ver como Pilar insistía a un serio ejecutivo de corbata  sobre la urgencia de demoler el Algarrobico y cómo Elvira comentaba a dos jóvenes la importancia de actuar cuanto antes.

Ambas partes pudimos gozar de la experiencia. El Diálogo Directo mejoraba sus argumentos, y Oceános y Costas veían, junto a nosotros, la capacidad que tenemos de movilizar a ciudadanos con las mismas inquietudes que las nuestras. Una mañana genial para la organización y para los que la conformamos. Así que desde el seno de los Equipos de Diálogo Directo (Madrid Mañana y Tarde, Barcelona, Granada e Itinerante) nos gustaría seguir contando con esta iniciativa. Por un lado, porque le damos la posibilidad a la gente de charlar con quién puede muchas veces solucionarles esas dudas que a todos nos invaden, otra porque nos acerca a todos los miembros de un gran equipo con una misma lucha. Pero sobre todas las cosas, nos gustaría perpetuar la inciativa porque ya es de sobra sabido que juntos somos más fuertes. 

Fernando Lamattina, Coordinador de Diálogo Directo Madrid Mañana.

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