¿Qué pasaría si en Europa se autoriza el cultivo de variedades transgénicas tolerantes a los herbicidas?
Eso es lo que ha querido saber Greenpeace ante la inminente aprobación de estos cultivos en la Unión Europea. De 26 cultivos transgénicos que están pendientes de autorización 19 son tolerantes a herbicidas y las autorizaciones podrían empezar ya en el inicio de 2013 puesto que existe una enorme presión de la industria biotecnológica.
Vivimos días cruciales para la agricultura europea y para responder a la pregunta inicial Greenpeace ha encargado un estudio, el primero de estas características en Europa, al célebre economista agrícola Dr. Charles Benbrook.
En el informe “Cultivos tolerantes al glifosato en la UE” (resumen en castellano, informe completo en inglés) se hace un pronóstico de cómo incrementaría el uso de este herbicida si se aprobaran en la UE este tipo de cultivos en el período 2012-2025. ¡Las conclusiones son estremecedoras! El uso total de glifosato en los tres cultivos estudiados (maíz, soja y remolacha azucarera) aumentaría más de 800% en 2025 y en algunos casos incluso 15 veces más que el uso actual.
Cabe destacar el cultivo de maíz, sin duda el más importante y extendido en Europa, y para el que más solicitudes están pendientes. Para este caso el incremento sería de más de 1.000% en 2025, por lo que sus impactos podrían ser nefastos.
El talón de Aquiles de los cultivos transgénicos tolerantes a herbicidas es el desarrollo de resistencias en hierbas adventicias (las llamadas malas hierbas). Los agricultores estadounidenses lo han vivido en su piel y ahora se enfrentan ya a 23 “super-malas hierbas” y a los sobrecostes asociados. En el vídeo Growing doubt nos lo cuentan en primera persona y lanzan una alerta claro a los agricultores de Europa.
Si se autorizan estos cultivos en la UE los primeros y principales perjudicados podrían ser los agricultores españoles (si los adoptan claro está). En España existe ya un “caldo de cultivo” con cinco especies resistentes al glifosato (especies que no tienen una modificación genética), que se podrían establecer rápidamente en los campos sembrados con semillas transgénicas tolerantes a herbicidas.
Ya hemos visto lo que ha pasado en las comunidades agrícolas de Argentina y EE.UU. Sería poco inteligente no aprender del mal ajeno y repetir los mismos errores.
En el negocio de los transgénicos solo hay unos pocos beneficiarios y estos son las multinacionales biotecnológicas como Monsanto. Sus ingresos crecen exponencialmente con la venta de semillas transgénicas y herbicidas asociados, más aún cuando los agricultores se vuelven esclavos de esta tecnología y no encuentran otras opciones en el mercado de semillas.
Luís Ferreirim (@LFerreirim), responsable de la campaña de Agricultura de Greenpeace España