Las marcas de ropa de deportes al aire libre presentan una imagen de sí mismos muy respetuosa con el medio ambiente. Tienen anuncios plagados de referencias al aire libre y la naturaleza . Sin embargo, esta industria aún se encuentra muy lejos de acabar con el uso de sustancias químicas peligrosas. Así que, ¿cuál es el coste ambiental de protegernos de la lluvia?

Greenpeace en Alemania ha pedido a dos laboratorios independientes que analicen el contenido en sustancias tóxicas de 14 chaquetas y pantalones para la lluvia. Aunque había muchas marcas diferentes, los resultados fueron muy similares: todas las prendas contenían ácido perfluorooctanoico (PFOA). Y las que más, las prendas de las marcas Jack Wolfskin, The North Face, Patagonia, Kaikkialla y Marmot.

El peligroso PFOA, como otras sustancias químicas perfluoradas (PFC), se utilizan para fabricar tejidos que sean anti-manchas o repelentes del agua. La contrapartida es que el PFOA es una sustancia química persistente. Esto significa que cuando la sustancia se libera en el medio ambiente (por ejemplo, durante los procesos de producción), no se degrada y permanece en el entorno. De esta manera acaba entrando en la cadena alimentaria. Una vez dentro de los alimentos, ya en el aire y en el agua potable, estos productos químicos llegan a nuestros cuerpos y los de otros organismos. Estudios recientes han relacionado los PFC con la disminución de fertilidad y otros trastornos del sistema inmune.

Es el momento del cambio
La industria textil, incluyendo la marcas de ropa de deporte al aire libre, tiene que moverse muy rápido para sustituir las sustancias químicas que usan por alternativas seguras. Algunas de las marcas más importantes ya han avanzado en esa dirección, con M&S siguiendo el ejemplo de H&M, que ha anunciado una fechas de eliminación a corto plazo del uso de todos los PFC, junto con un compromiso de eliminar todas las sustancias químicas peligrosas en el 2020. Si dos de las mayores marcas de ropa del mundo pueden hacerlo y seguir cumpliendo con las necesidades de sus clientes, el resto no tiene excusas.

¿Cómo van a explicar a sus clientes que sólo puede ofrecer protección contra la lluvia a cambio de que estén expuestos a sustancias peligrosas?

Con estas ideas en la cabeza, la única pregunta que queda es: ¿quién será la próximo gran marca que se una al desafío Detox?

Kirsten Brodde, Greenpace International Toxic Campaign