El día en que Manuel se hizo socio de Greenpeace nuestras mochilas llevaban lo mismo que cada mañana: un chaleco verde, una carpeta biodegradable y una credencial que nos identifica como miembros oficiales del Diálogo Directo de Greenpeace España.

Nuestro trabajo no salía de su rutina cotidiana. El torrente de viajeros agobiados en el intercambiador de Moncloa era el habitual. Cada tanto conseguíamos parar una mente inquieta que, tras escuchar nuestro discurso, decidía unirse a nuestra lucha. Nada raro, la mañana seguía su cauce natural. El punto que marco la diferencia fue Manuel, de 91 años, que se acercó a nosotros por iniciativa propia. Nos tocó el hombro y descansando sobre su bastón dijo con voz profunda: “Disculpen, me gustaría saber cómo puedo hacerme de Greenpeace”.

Manuel nos comentó que lleva toda la vida siendo pastor de ovejas en Cantabria, que le encanta nuestra labor, que por su parte ha denunciado talas ilegales, ha hecho acciones de protesta por iniciativa propia y que piensa seguir haciendo lo que haga falta para que las cosas cambien. Personas como él nos demuestran el potencial que tenemos todos para hacer de este un mundo mejor y nos ayuda a salir a la calle cada día con más ganas de trabajar.

La perla de la historia… Después de hacerse socio y llevarse, con una sonrisa de oreja a oreja, nuestra revista, vuelve despacito y con tono pícaro nos dice: “Venga, seguid parando más gente, que aún quedan muchas cosas por cambiar”. Tenía razón, nos quedamos tan perplejos ante su fuerza, su vitalidad y su conciencia que ya estábamos tardando en seguir cambiando el mundo a nuestra manera.
 
¡Grande Manuel!

Si tú, como Manuel, quieres formar parte de Greenpeace no pierdas la oportunidad de unirte a nosotros cuando veas a algún equipo de Diálogo Directo en la calle, estamos en Madrid y en Barcelona. También puedes unirte a nosotros pinchando aquí.

Fernando Ariel Lamattina, Miembro del DD de Greenpeace España