Ayer recibíamos con alegría la noticia de que Japón había suspendido el programa ballenero para esta temporada. Y hoy con más calma, nos preguntamos... ¿llegaremos a ser testigos del fin de la caza de ballenas en la Antártida? ¿podremos verlo con nuestros propios ojos?...¡ojalá!

Aunque la agencia pesquera no ha hecho una comunicación oficial, las rumores indican que los barcos están poniendo rumbo de vuelta a Japón. Hoy en día la caza comercial de ballenas está obsoleta y su final debería ser incuestionable.  

Las ballenas están protegidas, de hecho hay una prohibición mundial sobre la caza comercial. Algunas especies de ballenas están en peligro de extinción. Además existen normativas que prohíben el comercio internacional de especies en peligro de extinción. Muchas áreas de nuestros mares son reconocidas internacionalmente como santuarios de ballenas. Pero, sin embargo, tras años de impune captura podemos haber puesto en peligro especies de caza en los lugares que hemos creado para su protección, los santuarios, concluyendo esta atrocidad sin sentido al vender su carne en el mercado en Japón.

Esta historia empieza hace mucho tiempo con un rechazo de la mayoría de la sociedad hacia la caza de ballenas en la Antártida, cuando por primera vez se mostró al mundo entero como un arpón mataba a una y otra ballena, y se consiguió crear el Santuario de la Antártida. Sin embargo, hay países que han estado burlando los acuerdos internacionales y los esfuerzos de conservación. Japón ha estado gastando grandes cantidades de dinero de los contribuyentes, directa e indirectamente, para defender y apoyar un programa de caza de ballenas pagado con los impuestos.

Tanta burla parece que no está funcionando, está empezando a salir la verdad. El año pasado la flota ballenera japonesa zarpó más tarde que nunca, y con menos buques. Estaba claro, esta pesquería está abocada al fracaso y era previsible que este año regresaran a casa antes.
 
Mientras la flota ballenera se queja por su vuelta a puerto, esta misma empresa guarda 6.000 toneladas de carne de ballena, y aún se atreven a decir que ¡las cazan con fines científicos! Para que os hagáis una idea, 6.000 toneladas son 1.000 rorcuales aliblancos. El colmo del absurdo, Japón justifica su caza por fines científicos, cuando hay ya miles de estudios de ballenas sin necesidad de matarlas, y por si no encuentran otra razón, hablan de la demanda de esta carne en Japón. ¡Pero si tienen ya 6.000 toneladas!

Enfrentamientos en alta mar, indignación pública mundial, vergüenza política, especulación en los medios de comunicación por la compra de votos en la Comisión Ballenera Internacional, y la denuncia de Greenpeace al destapar el desfalco de esta industria sin escrúpulos cometido por el Gobierno japonés.

La compañía que realiza la caza de ballenas, afronta unas dificultades económicas brutales, a esto hay que sumarle que la mayoría de los ingresos procedían de la venta de carne de ballena, y esta venta está bajando. La caza de ballenas tiene sus días contados, y nos alegramos, porque parece que por una vez va a ganar la naturaleza a esta raza “in-humana”.

Pero hay que tener cuidado, no vaya a pasar como con los monstruos de las pelis de terror malas. Hay que asegurarse bien de que has acabado con el “bicho” antes de darle la espalda. Cambiar las cosas dentro del propio gobierno de Japón y de su sociedad es la mejor manera de asegurarse de que el monstruo no vuelva a salir cuando nos demos la vuelta.

Celia Ojeda, campaña de Océanos de Greenpeace

- Información de la campaña de Océanos de Greenpeace