Queridos amigos/as,

Tengo que disculparme. Mi disculpa es debido a una mala decisión que tomé hace dos años, de viajar desde Amsterdam a Luxemburgo en avión en lugar de tren. Yo pedí y, se me concedió, una excepción a nuestra política acordada de no coger vuelos para distancias menores de 500 km. No debería haberla pedido y no debería haberme sido concedida. Para mí esto ha sido siempre un compromiso incómodo. Viéndolo en retrospectiva, algo que nunca debería haber pasado.

Sabía que esto era contrario a los esfuerzos, incluido el mío, para reducir la huella de carbono de Greenpeace, y de nuestra lucha global contra el cambio climático y, en particular, los vuelos de corta distancia. Fue también una contradicción hacia nuestro seguidores y socios, para que tomáramos medidas en la vida diaria para ayudar a mitigar la emergencia climática que todos estamos enfrentando.

No hice caso de la voz de mi propia conciencia. También luché para equilibrar el tiempo con mi familia, teniendo en cuenta que mi trabajo me requiere mucho tiempo y me apasiona. Elegí poder estar un par de horas más en la oficina trabajando que en el tren. No hice lo correcto.
Nunca es fácil cuando se encuentra una brecha entre lo que dice un líder y lo que hace. Pero es importante escuchar la voz de la crítica, y hacer lo correcto.

A partir de ahora ya no voy a viajar en avión de Luxemburgo a Amsterdam. Voy utilizar más nuestro servicio de video-conferencias e iré en tren 12 horas (ida y vuelta) hasta Amsterdam, cuando sea necesario.

Atentamente,


Pascal Husting
Programme Director,
Greenpeace International