Los biocombustibles parecían una buena idea. Bueno, mientras no cambien las tornas deberíamos llamarlos agrocombustibles. Primero para evitar la perversión de los prefijos eco y bio, ya suficientemente manidos. Y segundo, porque las previsiones del consumo de etanol y diesel procedentes de cultivos agrícolas (soja, palma, colza, jatropha, trigo, caña de azucar, etc.) están lejos de convertirse en una solución, para formar parte del problema.

Y esto es precisamente lo que el informe que presentamos hoy en la Unión Europea afirma: España podría emitir 9 millones de toneladas adicionales de CO2 si se cumplen los objetivos españoles de utilización de los agrocombustibles.

El informe ha sido encargado por una coalición europea de organizaciones ecologistas y de desarrollo: ActionAid, BirdLife International, ClientEarth, European Environmental Bureau, FERN, Friends of the Earth Europe, Greenpeace, Transport & Environment, Wetlands International). Su elaboración ha corrido a cargo del Institute for European Environmental Policy (IEEP) y en sus páginas se incluye los impactos debidos al cambio indirecto del uso de la tierra que provocarían los agrocombustibles.

Este estudio es, hasta la fecha, la evaluación más realista sobre los verdaderos impactos de los objetivos obligatorios de agrocombustibles de la UE. El estudio llega en un momento clave para la política de agrocombustibles de la UE, ya que la Comisión Europea tiene que informar sobre cómo dirigir y minimizar estas emisiones al final del año.

El informe concluye que sería necesario convertir en campos de cultivo y plantaciones una superficie equivalente a 1,5 veces la superficie cultivable de España. La apuesta europea por obtener combustibles para el transporte a partir de cultivos alimentarios pone en peligro los bosques, los ecosistemas naturales y las comunidades del Sur.

Si hacemos las cosas bien, los agrocombustibles podrían ayudar en la tarea de no agravar el cambio climático. Pero, no nos engañemos, el verdadero reto es reducir la movilidad motorizada y garantizar que los agrocombustibles se obtienen con materia prima autóctona, sin impactos ambientales y sociales negativos.

Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace

- Campaña de Bosques de Greenpeace
- Resumen en inglés del Informe