Resulta sorprendente la postura que el Gobierno andaluz está llevando con uno de los temas de política energética y ambiental del momento. Nos referimos a la extracción de gas natural mediante la técnica de fracking.

Instalaciones de fracking. No al fracking

La pasada semana el portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez presentaba una proposición de ley que pedía una moratoria de dos años para esta técnica. Esta propuesta del PSOE­ se aleja de los compromisos que su mismo partido, a nivel estatal está defendiendo y que ratificó con su firma el pasado 14 de junio en el Congreso de los diputados en la declaración social contra el fracking. Una postura del ejecutivo andaluz tibia y falta de la contundencia necesaria que transmite un mensaje peligroso que deja abierta la puerta a esta industria deseosa por instalarse en nuestro país.

Andalucía tiene la oportunidad de seguir la estela de otras comunidades autónomas como Cantabria, La Rioja, Navarran o Catalunya que ya han legislado contra esta técnica. Varias de ellas con gobiernos del mismo

color político que el Gobierno central. Un Gobierno que defiende a ultranza el fracking y las prospecciones petrolíferas en el mar. Un Gobierno sin respuesta a la dependencia en los hidrocarburos, la energía nuclear y al servicio de un modelo energético sucio causante del cambio climático.

Estamos en un momento crucial para cambiar ese modelo, y apostar por la verdadera independencia energética que viene del ahorro, la eficiencia y las energías renovables. Por eso Andalucía debería proponer una alternativa energética social y ambientalmente sostenible, en línea con las propuestas que Greenpeace ha realizado dentro de la estrategia energética de Andalucía 2014­2020. Y la primera y fundamental es abandonar cualquier guiño, por pequeño que sea, al fracking, las prospecciones de petróleo o el carbón.

Estaremos encantando de explicar a Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, como debe ser la hoja de ruta para alcanzar una independencia energética que nos aleje de los hidrocarburos, solo tiene que aceptar la propuesta de reunión que Greenpeace le ha hecho hace meses.

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