Vista de la central nuclear de Almaraz

Ayer, mientras tomaba un café tuve la oportunidad de leer en un famoso periódico una entrevista con el Presidente de Red Eléctrica de España, D. Luis Atienza, en la que afirmaba que “no hay hueco para más nucleares hasta finales de los años veinte”. Aunque, en realidad, si leías la entrevista completa, lo que en realidad defendía el señor Atienza es que la energía nuclear está llegando al fin de sus días. Y lo explica con bastante diplomacia y neutralidad, sin posicionarse a favor de nadie, pero con mucha sensatez.

La energía nuclear es una energía muy inflexible, uno no puede encender y apagar un reactor nuclear como si fuera la tele o el microondas, no. Los reactores nucleares tienen unas condiciones de funcionamiento muy excepcionales y rígidas que les impiden generar energía de forma versátil y adaptada a la demanda real, por eso, las energías más flexibles (renovables) como la eólica, que sí se pueden regular como el termostato de casa para producir más o menos energía, según haga o no falta, son las que están sufriendo cortes continuos y paradas que nos generan a todos pérdidas económicas enormes y emisiones que destruyen el clima.

En un momento en el que todos nos miramos el bolsillo y miramos al cielo sorprendidos por el caos climático me pregunto cómo puede suceder esto...y hoy leo de nuevo el periódico y encuentro dos noticias interesantes relacionadas con la energía, por un lado la tarifa de la luz subirá de nuevo, ya es la segunda vez este año...y además, se ampliará la vida útil de la central nuclear de Almaraz, otros diez años más funcionando.

Y en mi cabeza aparecen dos preguntas que me gustaría hacerle al Ministro de Industria, Turismo y Comercio, el señor Miguel Sebastián, porque como ciudadana comprometida y consumidora me he perdido. ¿Cómo podemos alargar la vida de una central nuclear diez años sabiendo que ya existen energías disponibles más limpias y más económicas como las renovables?

Y además, ¿se permite el lujo de decirnos a los consumidores que la subida de la luz es necesaria?, entiendo que la tarifa actual aún no refleja el déficit tarifario que España debe saldar pero no entiendo que en lugar de saldarlo invirtiendo en energías limpias y baratas, que nos saquen de este crédito eterno con las eléctricas alargue usted las más caras y peligrosas, como una mala hipoteca, cada vez nos suben más y más y nadie pone remedio pero luego nos dicen que fomentemos el ahorro.

Sigo hojeando el periódico y descubro otra noticia interesante que habla de cómo los alemanes han decidido sujetarse el cinturón y recortar gastos, y curiosamente en uno de los países más avanzados del mundo, como es Alemania, no han dudado un segundo en meterle un buen impuesto a la energía nuclear. Una forma eficaz de erradicar las cosas que no nos benefician, ni a corto ni a largo plazo, es gravarlas con impuestos, en Alemania ya tienen un plan de cierre de las centrales nucleares, y ahora cargarán a las eléctricas un nuevo impuesto para dirigir el mercado hacia la única forma posible de desarrollo: las energías renovables.

Pero usted dirige su política y desarrollo energético al abismo, Sr. Ministro, le concede diez años más de peligrosidad y riesgos innecesarios a una central que en los últimos tres años ha notificado más de 75 incidentes al Consejo de Seguridad Nuclear. A mi no me ofrece ninguna confianza alargar la vida de una central que ya ha dado tantos problemas y que, además, seguirá generando más residuos que perdurarán miles de años y que ahora nadie quiere guardar, tal y como estamos viendo todos los días con las manifestaciones, movilizaciones, etc de la sociedad española en contra del cementerio nuclear.

¿Qué utilidad tiene una central sucia, peligrosa y cara para todos?, ¿quién decide si alargar la vida a Almaraz es útil?, o quizás lo que deberíamos preguntarnos es: ¿para quién es realmente útil la vida de Almaraz?

Patricia Bermejo, campaña de Energía, Cambio climático y Nuclear de Greenpeace

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