Pues sí, allí estuvimos y éramos muchas personas, 7.000 según cifras oficiales, las que nos manifestamos el pasado jueves día 11 de noviembre en Almansa (Albacete) contra el cementerio nuclear centralizado. Todos sabemos que la radiactividad de los residuos nucleares permanece durante decenas de miles de años y sus efectos para la salud, el medio ambiente -y el coste económico- son demasiado elevados como para que no frenemos esta locura.

Aunque el hecho de que los ciudadanos tengamos que salir a la calle por este asunto no es motivo de alegría, la manifestación fue un encuentro magnífico donde las personas reforzamos nuestra motivación y nos reafirmamos en que la energía nuclear no es solución a nada, sino un gran problema en sí misma, y que hay que plantearse un cierre progresivo pero urgente de las centrales nucleares (las que producen estos residuos radiactivos) y trabajar por el ahorro y la eficiencia energética además de crecer en renovables.

El pueblo de Almansa, el Valle de  Ayora, las comarcas de la Manchuela, Corredor de Almansa, incluso ciudadanos de los pueblos de la Sierra del Segura y gentes venidas de muchos lugares diferentes como Cuenca, Valencia… se sumaron a la manifestación. También nos acompañó Carlos Bravo, responsable de energía nuclear de Greenpeace: el grupo de voluntariado de Albacete nos sentimos muy contentos de la implicación de Greenpeace desde el principio en esta resistencia, y también lo está la Plataforma contra el cementerio Nuclear en Zarra.

Los cencerros y la música acompañaron la multitudinaria marcha dando ritmo a la manifestación durante el trayecto desde el Parque de los Coloma (Antíguo Mariana Pineda) hasta la falda del Castillo, Plaza de Santa María, mientras grupos de personas hacíamos llamamientos como: “Esta herencia no es para nuestros hijos”; “Almansa despierta, lo tienes en tu puerta”; “Nuclear, ni aquí ni allí, renovables YA! o “No al ATC”.

Hasta llegar a la lectura del manifiesto de la Plataforma en el que se mostraba el rechazo  a la instalación del cementerio nuclear, a cargo del pintor albacetense Quijano, quien después de leerlo no pudo evitar hacer un llamamiento de solidaridad con los momentos tan trágicos que está sufriendo el pueblo saharaui.

Esa misma noche alrededor de 60 personas marchaban para Madrid a manifestarse en la Moncloa convocadas por la Plataforma Anticementerio Nuclear de Zarra (Valencia).

Pedimos sensatez al Consejo de Ministros para que ni en Zarra ni en ningún lugar se instale ese cementerio nuclear y para que, por sensibilidad democrática, retire este proyecto que nadie quiere, que no es necesario ni urgente y que, además, vulnera la legislación en materia de participación pública. Este Gobierno lo tiene que entender.

Charo Silvestre, voluntaria de Greenpeace del Grupo Local de Albacete.