Una nueva investigación de Greenpeace, que hemos presentado hoy en el informe Trapos Sucios 2: aireando la ropa, revela que la contaminación del agua por parte del sector textil es un problema global, de largo alcance y de graves consecuencias. Con la intención de conocer cómo se dispersan las sustancias tóxicas que se utilizan el los procesos de producción  la contaminación, nos propusimos analizar un nuevo eslabón de la cadena de suministro, esta vez el último.

De esta forma, nos fuimos de compras, en total compramos 78 prendas de ropa, de 15 marcas diferentes, Adidas entre ellas, y en 18 países, también en España. Y mandamos nuestras compras al laboratorio. Les pedimos que nos dijeran cuál era su contenido en nonilfenol etoxilato (NPE). El NPE es peligroso porque al descomponerse se transforma en nonilfenol (NP), una sustancia química persistente que provoca trastornos hormonales, que se acumulan en la cadena alimentaria, y que es peligroso, incluso a niveles muy bajos.

Y los resultados lo han dejado claro: 52 de las 78 prendas analizadas dieron positivo. Es decir, que para fabricar las dos terceras partes de las prendas se utilizó en algún momento NPE. En concreto en 14 de las 15 marcas analizadas y en 17 de los 18 países de compra. Ropa de marcas líderes como Adidas, H & M, Calvin Klein, Lacoste y otros diez analizados están fabricados con nonilfenol (NPE) y a través de sus productos la contaminación se extiende también a los países donde estos se venden.

Como hemos descubierto, se trata de un fenómeno generalizado en todo el sector textil. Y las marcas son responsables cuando deciden perpetuar, o no, procesos de producción que usan tóxicos. Acabar con ello requiere un liderazgo fuerte y decidido de las marcas más importantes e innovadoras que allanen el camino para la industria en todo el cambio. Nike y Puma lo entendieron   y ya se han unido al desafío Detox. Han tomado la delantera. Se trata de la primera y tercera marca mundial de ropa deportiva, y se han comprometido a trabajar con sus proveedores para eliminar todas las sustancias tóxicas en sus cadenas de suministro y productos antes de 2020.

¿Por qué Adidas no se mueve de la linea de salida?

Entre ellas dos se encuentra, Adidas, la segunda marca mundial del sector de la ropa deportiva, que hasta el momento no parece darse por aludida. Con ese comportamiento, Adidas parece que espera que sean sus consumidores quienes laven sus “trapos sucios”. Y es que cada vez que la ropa contaminada se lava, estas sustancias se liberan a los cauces de todo el mundo dispersando la contaminación que permiten donde fabrican sus productos hasta países donde los venden, incluyendo aquellos donde está prohibido el uso de esa sustancia, como es la UE.

Con esta nueva información se arroja luz sobre la realidad de estas marcas de ropa, demuestra  que existe detrás de su cortina publicitaria. Sus mensajes tratan de animarnos a asumir retos. “Impossible is nothing”, dice Adidas. Y vosotros, ¿qué?. La gente tiene derecho a saber qué sustancias químicas están presentes en su ropa y que efectos nocivos provocan cuando se liberan a los cauces en China y en el resto del mundo. Las marcas deben eliminar estos productos químicos de sus productos, y la mejor manera de hacer esto es que desaparezcan de los procesos de producción y que se de información sobre qué productos químicos se están usando y vertiendo desde las fábricas.

El mundo necesita más campeones. Adidas, ¿quieres liderar el camino hacia un futuro sin tóxicos?. O, ¿prefieres dejar que Nike y Puma lo hagan por ti?.


Sara del Río, campaña de contaminación de Greenpeace

 

- Página de la campaña de Detox
- Informe: trapos sucios