Doce personas y una arriesgada misión. El grupo de activistas navegó hasta la isla de Amchitka, frente a Alaska, para protestar por una prueba nuclear subterránea de Estados Unidos. Era septiembre de 1971 y aunque la misión no tuvo éxito inicialmente, fue el comienzo de lo que hoy es Greenpeace. La eliminación de las armas nucleares es sólo uno de los temas en los que la organización ecologista ha hecho campaña sin parar.


La tripulación “original” de Greenpeace a bordo del Phyllis Cormack en su viaje a la isla de Amchitka 

Y del pasado al presente. El 7 de julio, Naciones Unidas adoptaba un tratado histórico contra las armas nucleares por abrumadora mayoría. Un acuerdo que no sólo prohíbe el desarrollo, experimentación, producción, posesión y uso de armas nucleares, sino también la "amenaza de su uso". Fue decepcionante, sin embargo, que España, como miembro de la OTAN, se colocara en el lado equivocado de la historia y no ratificara el Tratado. Tampoco Japón se ha unido a los 122 países firmantes a pesar de que en el preámbulo del Tratado se cita explícitamente el “inaceptable sufrimiento y daño causado a las víctimas del empleo de armas nucleares (hibakusha, las víctimas de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki), así como a los afectados por los ensayos de armas nucleares”


Activistas de Greenpeace se sostienen banderas de las naciones nucleares junto con una alta bomba nuclear simulacro de 5 metros fuera de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarme (1996)

Con esta decisión, el Gobierno de Japón ha traicionado las esperanzas de los supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki y se ha alineado con los estados que poseen armas nucleares (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte) así como con los países miembros de la OTAN, como España. Las razones esgrimidas es que se trata de un Acuerdo negociado por Estados no poseedores de armas nucleares, por lo que podría crear “una división más contundente” entre los estados con y sin armas nucleares. Desde el punto de vista de la política real de la era de la Guerra Fría, Japón, al igual que los miembros de la Alianza Atlántica, se encuentra bajo el paraguas nuclear de Estados Unidos, y como tal, no puede oponerse a utilizar la amenaza del uso de armas nucleares.

Sin embargo, la adopción de este histórico Tratado por una abrumadora mayoría representa una gran victoria para los hibakusha, sus descendientes, y todo el movimiento que ha trabajado sin descanso contra el despliegue nuclear. El Tratado mantiene una esperanza viva para conseguir un mundo libre de armas nucleares.


Imagen difundida en el 60 aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima

En el 72 aniversario de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, nos solidarizamos con el supervivientes y con aquellas personas en todo el mundo que han hecho campaña contra las armas nucleares y pedimos a Japón, y al resto de países incluida España, que se adherieran al Tratado. La eliminación de las armas nucleares fue el motivo por el que Greenpeace comenzó a hacer campañas con tanta pasión desde 1971. Como el único país del mundo golpeado por un ataque nuclear, el compromiso de Japón con el Tratado no sólo sería una victoria largamente reclamada por la historia del país, sino también un paso importante hacia un futuro para el mundo que en última instancia sea seguro y está libre de armas nucleares.


Yuko Yoneda es Directora Ejecutiva de Greenpeace Japón