¡Asturias está de enhorabuena! Y es que hace sólo unos días el Tribunal Supremo ratificaba la sentencia que echa abajo la tramitación del Plan Estratégico de Residuos del Principado. Un nefasto plan en el que el 65% del presupuesto iba a ir destinado a la peor opción posible en la gestión de los residuos: una macroincineradora en Serín, prevista para entrar en funcionamiento  en 2020.

La incineración no es la solución

La sentencia considera que el Principado no atendió debidamente las alegaciones en el trámite de información pública, entre las que destaca que el plan finalmente aprobado excluía la planta de clasificación de residuos que aparecía en el proyecto publicado.

Desde Greenpeace celebramos la sentencia y felicitamos a las entidades del Conceyu Contra la Incineración, que llevan años luchando por una gestión de residuos mucho más sostenible. Según sus propias palabras: “para derrotar por cuarta vez la pretensión para envenenar el centro de Asturies masivamente”.

Pero esta es una buena noticia para toda la población asturiana. Aquí cinco razones de peso para celebrarlo:

  1. El coste de la planta se estima en 202 millones de euros, dinero público que podría ser invertido en desarrollar un modelo de gestión de residuos que apueste realmente por la minimización de los residuos y el reciclaje. 683.000 euros ya han sido invertidos en la adjudicación del contrato por Cogersa.
  2. La sentencia supone una victoria de la sociedad civil frente al empeño de la Consejera de Fomento Belén Fernández de basar la gestión de las basuras en la incineración. Tras diversas movilizaciones, alegaciones, reuniones y protestas, la sentencia responde a un recurso interpuesto por la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza y el Grupo D’Ornitoloxía “MAVEA”.
  3. La población asturiana puede respirar (literalmente) mucho más tranquila, ya que la exposición humana a las sustancias tóxicas que emiten las incineradoras provoca graves efectos en la salud, incluyendo enfermedades respiratorias y el aumento en la incidencia de varios tipos de cáncer.
  4. Se ha demostrado que los modelos basados en la recuperación y reciclaje suponen la creación de entre 7 y 39 veces más empleos que con la incineración.
  5. Sin una planta incineradora que alimentar, Asturias podrá mejorar su tasa de reciclaje y recuperación de residuos, que apenas ronda el 20%. La tasa actual no es suficiente, si consideramos los 375 kg de residuos anuales que genera cada habitante asturiano, en una región con más de un millón de personas.

A pesar de estas 5 razones, y a pesar de que este es ya el cuarto Plan fracasado en el Principado en trece años, la Consejera de Fomento, Belén Fernández, no ha tardado en manifestar su intención de seguir con el proyecto de construcción de la incineradora.

Greenpeace, en su “Radiografía social del medio ambiente en España”, ya señalaba que las políticas ambientales en Asturias tienen mucho que mejorar. El Índice de Calidad Ambiental (basado en una evaluación objetiva con 24 indicadores) situaba al Principado en la 13ª posición, si bien, en lo que se refiere a residuos, Asturias ocupa el tercer lugar.

Un futuro basado en la incineración llevaría a la región a la cola también en gestión de residuos, poniendo en peligro al medio ambiente y la salud de las personas. #ElMedioAmbienteImporta

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