El Esperanza ha vuelto al océano Índico, navegando en una de las principales pesquerías de atún del mundo. Hemos estado en años anteriores documentando la flota, los métodos de pesca y sus impactos.



En nuestra campaña global contra la mayor empresa atunera del mundo Thai Union, nos encontramos en el mar de donde sale parte del atún que acaba en las latas de las distintas marcas que forman parte del gigante tailandés, y que se encuentran por todo el mundo.

Hace unos meses desvelamos la relación que tiene este empresa con abusos laborales y vulneración de derechos humanos. En esta ocasión estamos poniendo el foco en su impacto en el agua y hemos pasado a la acción.

Thai Union se provee de atún que ha sido pescado con unos objetos que se denominan FAD (dispositivo agregador de peces en sus siglas en inglés) y que puede ser desde troncos o cañas de bambú flotando en el agua a materiales industriales como redes, plásticos y dotados además de balizas de señalización via satélite para que el barco de cerco lo pueda localizar. Los atunes se agregan alrededor de estos objetos flotando en el agua, facilitando su pesca. En este océano destaca la presencia de la flota de cerco francesa y española, que hacen uso de estos métodos y que luego venden el atún capturado a distintas empresas, entre ellas Thai Union.



En general, tienen un aspecto bastante inofensivo. Pero ¿qué hay de malo con el uso de estos FAD? Se nos ocurren por lo menos cuatro razones:

1) Capturas accidentales de otras especies marinas
El uso de FAD, esos aparejos de pesca que estamos sacando del agua en el océano Índico, tiene como consecuencia la captura de 104.000 toneladas cada año de atún juvenil, tiburones, peces espada y otros animales que son capturados y devueltos al agua muertos o en mal estado. Por ejemplo, el tiburón sedoso (clasificado como casi amenazado), es una de esas víctimas innecesarias de esta pesca. Los atunes juveniles capturados, que aún no se han reproducido, ponen en riesgo el futuro de la población.

Comparado con la pesca de cerco sobre banco libre (en la que no se emplean FAD y el barco debe encontrar el banco de atún que ocurre de manera natural), el uso de FAD captura 2,8-6,7 veces más de especies no objetivo (es decir, que no sean atún adulto).


2) Impacto social de las flotas industriales en las comunidades pesqueras locales.

Hemos hablado con comunidades pesqueras alrededor del mundo, y las historias son las mismas que las que oímos en el puerto cuando zarpó el Esperanza. Hablan de grandes buques de otros países que sacan ingentes cantidades de atún del océano para venderlo a grandes empresas. Las flotas locales no pueden competir con estos barcos y ven cómo sus recursos y sus economías se tambalean.

3) Sobrepesca. No hay tanto atún en el mar.
En 2014 se pescaron la friolera de 4,8 millones de toneladas de atún, rompiendo el récord alcanzado en 2013 de 4,6 millones de toneladas y al que la propia industria se refería como que “se había alcanzado el techo”.

Cada vez hay más barcos de pesca en los océanos que usan métodos de pesca destructivos como los FAD y que aumentan la capacidad de pesca de los barcos. Tres de cada cuatro poblaciones de atún patudo y rabil “yellowfin” (vendidos en España como atún claro) en el mundo están sobreexplotadas.

4) Contaminación, por si no hubiese ya bastante en los océanos.
El uso de los FAD apenas está regulado y una gran cantidad no están reportados. Se estima que en 2013 se introdujeron en el agua entre 81.000 – 121.000 FAD en todo el mundo. Partes de estos aparejos están compuestas de redes de plástico y balizas electrónicas de plástico, metal y baterías tóxicas.

Todos estos componentes acaban en playas o en arrecifes de coral donde permanecerán durante décadas contaminando el medio marino si nadie los retira.

Es por eso que el barco de Greenpeace Esperanza se encuentra en las zonas de pesca del Océano Índico - para detener las prácticas destructivas de Thai Union donde empiezan. Estamos documentando cuántos FAD encontramos, la vida marina que está nadando por debajo de ellos, a quién pertenecen, y luego los estamos sacando del océano. Cada uno de ellos que encontramos y desmantelamos significa menos destrucción del océano.

¿Qué puedes hacer tú?
- Firma nuestra petición para que las marcas españolas se comprometan con el atún sostenible y la transparencia en la información.

- Consulta nuestra guía para ver cómo andan las marcas españolas en sostenibilidad