Hemos entrado en el otoño aunque la meteorología no acompañe a creerlo: temperaturas altísimas y nada de lluvia. Y en estas fechas todavía inusualmente calurosas, se acerca el cierre de muchas de las campañas de extinción de incendios forestales. Por ello queremos hacer un balance de cómo ha ido el verano.

Sin hacer mucho hincapié en datos, ya sabemos que ha sido un mal año con incendios de altísima gravedad que han supuesto miles de hectáreas quemadas y miles de personas desalojadas con graves consecuencias ambientales, económicas y personales. Tampoco podemos olvidar el incendio de Pedrógão Grande (Portugal) con 65 muertos y 30.000 hectáreas lo que se ha considerado en Portugal como "la mayor tragedia de víctimas humanas de los últimos tiempos”.

Ya analizando los datos, confirmamos que 2017 está siendo el tercer peor año del último decenio, por detrás de 2012 y 2009 con casi 101.000 hectáreas quemadas, 11.600 incendios de los cuales 22 han sido GIF (Grandes Incendios Forestales superiores a 500 hectáreas).


Fuente. Datos MAPAMA. Elaboración propia

Se ha incrementado:

  • en un 22,7% el número de Grandes Incendios Forestales con respecto a la media del decenio (2007-2017)
  • en un 26,4% la superficie afectada con respecto la media a la media del decenio (2007-2017)
  • en un 10,4% de incendios respecto a la media del decenio (2007-2017)

Fuente: Datos MAPAMA. Elaboración propia.

Las comunidades más afectadas han sido Castilla León con casi 17.000 hectáreas y Andalucía con casi 11.000 hectáreas, comunidades que han vivido incendios dramáticos como el de Encinedo (Cabrera, León) y el del entorno del Parque Nacional de Doñana, en Moguer (Huelva) que pasan a la lista de los incendios más graves de los últimos años.

En los 22 Grandes Incendios Forestales se ha quemado el 39% de la superficie quemada total. Cada vez se quema más en menos incendios. Porque si hablamos de número de incendios, entonces la película cambia y nos trasladamos a otras comunidades o provincias del Noroeste (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco y las provincias de León y Zamora) con más de la mitad de los incendios producidos en todo el territorio nacional.

Fuente: Avance a 24 de septiembre de 2017, MAPAMA.

¿Qué podemos hacer para mejorar estas cifras?

No hay una sola causa, con lo que las soluciones son variadas y abarcan distintas vías que ya explicamos en este post.

La cuenca mediterránea convive con el fuego, de hecho nuestro paisaje está adaptado a episodios de incendios, sin embargo éstos agravados por el cambio climático han cambiado su tipología siendo más intensos, más frecuentes y que en determinadas ocasiones escapan a la propia extinción. No olvidemos que el 78% del total de los incendios son provocados por el ser humano bien por negligencias y causas accidentales, bien sean intencionados.

Hemos convivido con el fuego durante miles de años, si bien el impacto del cambio climático está cambiando el perfil de los incendios y su intensidad. La urgencia de la lucha contra el cambio climático es también la lucha por nuestros ecosistemas.

De manera que se acaban las campañas estivales de extinción, pero es fundamental que se tomen medidas desde las administraciones y desde la población, que nos quede claro que los incendios no son cosa del verano. 

No dejemos de hablar de ello hasta el siguiente incendio que veamos en las noticias.